Tu Pasado Es Un Fantasma

Dios Dijo:
Yo doy con un gesto amplio de Mi mano. No doy pequeñas cantidades de amor. No dejo de lado ningún amor. Lo vierto todo. El amor vence al ego. El amor vence a tu ego. Enfrentado a Mi amor, el ego renuncia. Sólo puede acceder al amor. El ego no es tan tonto como para creer en sus promesas.
El amor es lo único duradero. Cuando todo lo demás ha desaparecido, el amor permanece. Todo lo demás nunca fue.
Cuando tu cuerpo muere, toda tu riqueza, toda tu fama, todo lo que acumulaste desaparece. Su valor desaparece. Siempre fueron nada. Toda tu vida pasada es un fantasma. Toda la gente que vino y se fue fueron fantasmas. Fueron fantasmas en que sus físicos parecieron ser quienes ellos fueron. Sus presencias físicas significaron mucho para ti, y a la vez fueron insignificantes. Lo único significante fue el amor que compartieron. Todavía lo comparten.
Tu vida en lo relativo no fue más que esas películas de cartulina que tú pasas. Las figuras se voltean cuando pasaste. Cuando la película ha terminado, ha terminado, para no volver. Ni siquiera una película de tus amados los va a traer de vuelta. No se restaura su presencia física. Había mucho más que lo físico que era querido por ti, amado. Lo sabes. Ya entiendes que el espíritu deja el cuerpo, y el cuerpo no es nada más que algo físico sin espíritu.
¿Cómo podrías sacarle una foto al amor? ¿Cómo podrías sacarme una foto a Mi?
De lo físico deduces el amor. Lo físico te da una imagen del amor. Lo físico te demuestra amor, pero el amor no tiene nada que ver con lo físico.
No niego el poder de lo físico, pero comparado al amor es insignificante.
El amor es la dulce esencia de la vida. De la misma manera en que bebes jugo de naranja, la dulzura está más allá del jugo mismo. Hay más en la naranja que el jugo mismo y el beber este jugo. Podemos llamar amor a la esencia de la naranja. Ciertamente, su dulce jugo es para ti, y una naranja es mucho más que sus cualidades físicas. Una naranja desaparece, y aún así sabes que te está nutriendo. Tú no haces un duelo por la desaparición de una naranja.
Amado, una naranja te nutre para que tú puedas nutrir al mundo con tu dulzura. Acepta que Yo te llame dulce. El amor es verdaderamente dulce. Toda la dulzura del amor es tuya. Emana de ti. No te pongas tenso, amado. Deja que el amor despliegue su magia sobre ti y el mundo.
Eres la cosa más dulce del mundo porque eres amor. Nada se compara con la dulzura del amor. Nada, nada de nada, puede compararse con el amor. Estás de acuerdo, ¿no? Estás de acuerdo con que, sea quien fuere que piensas que eres, no importa cómo luzcas, no importa qué estés haciendo, eres el amor mismo. Te pido que seas el amor que eres. No hay nada que iguale al amor, y no hay nada que iguale al poder del amor.
Ama a tus enemigos, amado, y la enemistad desaparece. No importa cuan malo alguien fue y cuan bueno tú eres. Olvídate de lo incorrecto y lo correcto y simplemente ama. Permanece en tu estado natural del amor. Quédate quieto y emanarás amor. Tienes amor suficiente como para sanar al mundo entero. Hay amor suficiente en el mundo como para elevarlo hasta el Cielo.
Amado, dibuja tu amor como el dedo de un mago, y al dedo del mago elevando el Planeta Tierra y devolviéndolo al Cielo en las mentes y corazones de todos. No pienses que esto es ilusión. La ilusión fue pensar que La Tierra estaba en cualquier lugar que no fuera el Cielo.

Para todos es muy común escuchar o leer cosas, frases, relacionadas con el tema del pasado, presente y futuro de nuestras vidas. Seguramente todos hayamos escuchado alguna vez: " el pasado, pasado está", "el futuro no existe" o "vive el presente para ser feliz". Y todas estas frases están muy bien, de hecho mentira no son, pero mi pregunta es: ¿ se puede vivir el presente obviando el pasado?.

Ahora mismo, en este preciso momento no tienes ni sí ni no ¿verdad? Pues siento decir que seguiremos sin tener una de estas dos respuestas concretas.

El pasado es aquello que ocurrió, no descubro nada diciendo esto me diréis. El pasado es muerte, todo lo que ocurrió murió, aunque ahora mismo aquello sea lo que ha seguido marcando nuestras vidas. Ya no está aquí, lo que nos hizo cobardes o valientes, indecisos o seguros, confiados o desconfiados, eso ya no está, murió quizás para siempre. Ahora en el presente somos lo que somos, en los que nos hemos covertido sí, pero nos guste o no así es como debemos afrontar las visisitudes que se nos presentan y que no tienen nada que ver con aquello.

De aquí saco yo la pregunta ya formulada ¿se puede obviar el pasado? Casi nadie, por no decir nadie es capaz de no pensar en lo que ya ocurrió, y generalmente es nuestro mayor error. Nos pasamos la mitad de la vida pensando en el pasado y la otra mitad pensando en el futuro y nos olvidamos de que ahora mismo también tenemos que forjar un camino en lo que es llamado presente.
 

El presente no puede obviar el pasado, no lo puede evitar puesto que por ello somos ahora lo que somos, pero sí puede vivir sin él. Nuestra memoria no necesita llorar por lo que ocurrió para saber que es el dolor, nuestro puño no necesita golpear de nuevo para saber que es la fuerza de la impotencia, nuestro corazón no necesita perder de nuevo un amor para saber que es lo más cruel que se puede sufrir. Tampoco nuestros labios necesitan recordar lo agradable para saber sonreir.

Lo que ocurrió no nos hace falta, aunque pongamos siempre la excusa de que recuerdo para aprender, nos equivocamos, ya hemos aprendido, ya lo tenemos en la mente grabado, en eso ya nos hemos convertido. No nos vale el pasado porque encima de todo, somos los humanos personas ciertamente estúpidas por naturaleza y lo que ocurrió solo lo utilizamos para torturarnos.
No es nada malo recordar momentos, no es bueno olvidar nuestra vida, el error que solemos cometer es permitir que esto pise nuestro presente e impida que el futuro se parezca más a lo que soñamos.