Estoy convencida de que nosotros mismos creamos todo lo que llamamos
«enfermedad». El cuerpo, como todo en la vida, es un espejo de nuestras
ideas y creencias. El cuerpo está siempre hablándonos; sólo falta que
nos molestemos en escucharlo. Cada célula de su cuerpo responde a cada
una de las cosas que usted piensa y a cada palabra que dice.
Cuando un modo de hablar y de pensar se hace continuo, termina expresándose en comportamientos y posturas corporales, en formas de estar y de «mal estar». La persona que tiene continuamente un gesto ceñudo no se lo creó teniendo ideas alegres ni sentimientos de amor. La cara y el cuerpo de los ancianos muestra con toda claridad la forma en que han pensado durante toda una vida. ¿Qué cara tendrá usted a los ochenta años?
Cuando un modo de hablar y de pensar se hace continuo, termina expresándose en comportamientos y posturas corporales, en formas de estar y de «mal estar». La persona que tiene continuamente un gesto ceñudo no se lo creó teniendo ideas alegres ni sentimientos de amor. La cara y el cuerpo de los ancianos muestra con toda claridad la forma en que han pensado durante toda una vida. ¿Qué cara tendrá usted a los ochenta años?
En
este capítulo no sólo incluyo mi lista de «modelos mentales probables»
que crean enfermedades en el cuerpo, sino también los «nuevos modelos o
afirmaciones mentales» que se han de usar para crear salud, y que ya
aparecieron en mi libro Curar el cuerpo. Además de estas breves
enumeraciones, me detendré en algunas de las afecciones más comunes,
para darles una idea de cómo nos creamos estos problemas.
No
todos los equivalentes mentales son válidos en un ciento por ciento
para todos. Sin embargo, nos servirán como punto de referencia para
comenzar a buscar la causa de la enfermedad. En Estados Unidos muchas
personas que trabajan en el campo de las terapias alternativas usan mi
libro Curar el cuerpo en su trabajo cotidiano, y encuentran que las
causas mentales explican entre un noventa y un noventa y cinco por
ciento de los casos




Siempre
que veo niños pequeños que usan gafas, sé que en la casa está pasando
algo que ellos no quieren mirar. Ya que no pueden cambiar la situación,
encuentran la manera de no verla con tanta claridad.
Muchas
personas han tenido experiencias de curación impresionantes cuando se
han mostrado dispuestas a retroceder en el pasado para hacer una
«limpieza», y tirar aquello que no querían ver uno o dos años antes de
que tuvieran que empezar a usar las gafas.
¿No
estará usted negando algo que sucede en su presente? ¿Qué es lo que no
quiere enfrentar? ¿Tiene miedo de contemplar el presente o el futuro?
Si pudiera ver con claridad, ¿qué vería que ahora no ve? ¿Puede ver lo
que está haciéndose a sí mismo?
Sería interesante considerar estas preguntas.

Las
migrañas o jaquecas se las crean las personas que quieren ser perfectas
y que se imponen a sí mismas una presión excesiva. En ellas está en
juego una intensa cólera reprimida. Es interesante señalar que casi
siempre una migraña se puede aliviar masturbándose, si uno lo hace tan
pronto como el dolor se inicia. La descarga sexual disuelve la tensión
y, por lo tanto, el dolor. Tal vez a usted no le apetezca masturbarse en
ese momento, pero vale la pena probarlo. No se pierde nada.

Empezamos
por olvidarnos de que las situaciones las creamos nosotros, y entonces
abdicamos de nuestro poder, culpando a otra persona de nuestra
frustración. No hay persona, lugar ni cosa que tenga poder alguno sobre
nosotros, porque en nuestra mente la única entidad pensante somos
nosotros. Nosotros creamos nuestras experiencias, nuestra realidad y
todo lo que hay en ella. Cuando creamos en nuestra mente paz, armonía y
equilibrio, eso es lo que encontramos en la vida.

Cada
vez que veo a alguien que lleva uno de esos «cuellos» ortopédicos, sé
que es una persona muy presuntuosa, que se obstina en no ver el otro
lado de las cosas.
Virginia
Satir, una brillante terapeuta estadounidense, dice que tras algunas
investigaciones «caseras» descubrió que hay más de 250 maneras
diferentes de fregar platos, que dependen de quién los friegue y de lo
que use. Si nos empeñamos en creer que no hay más que «una manera» o
«un solo punto de vista», estamos cerrando una puerta que deja fuera la
mayor parte de la vida.
La garganta representa nuestra capacidad de «defendernos» verbalmente, de pedir lo que queremos, de decir «yo soy», etcétera. Cuando tenemos problemas con ella, eso significa generalmente que no nos sentimos con derecho a hacer esas cosas. Nos sentimos inadecuados para hacernos valer.El dolor de garganta es siempre enfado. Si además hay un resfriado, existe también confusión mental.
La
garganta representa también el fluir de la creatividad en nuestro
cuerpo. Es el lugar del cuerpo donde expresamos nuestra creatividad, y
cuando la frustramos y la sofocamos, es frecuente que tengamos problemas
de garganta. Todos sabemos cuántas personas hay que viven toda su vida
para los demás, sin hacer jamás lo que quieren. Siempre están
complaciendo a madres, cónyuges, amantes o jefes. La amigdalitis y los
problemas tiroideos no son más que creatividad frustrada, incapaz de
expresarse.
El
centro energético situado en la garganta, el quinto chakra, es el lugar
del cuerpo donde tiene lugar el cambio. Cuando nos resistimos al
cambio, o nos encontramos en pleno cambio, o estamos intentando cambiar,
es frecuente que tengamos mucha actividad en la garganta o cuando oiga
toser a otra persona. Cuando tosa, pregúntese: «¿Qué es lo que se acaba
de decir? ¿A qué estamos reaccionando? ¿Es resistencia y obstinación, o
es que el proceso de cambio se está produciendo?». En mis seminarios,
uso las toses como un medio de autodescubrimiento. Cada vez que alguien
tose, hago que se toque la garganta y diga en voz alta: «Estoy
dispuesto a cambiar» o «Estoy cambiando».


Sujetamos
algo por la manija, damos manotazos, castigamos a alguien por tener la
mano larga o le echamos una mano, guardamos las cosas a mano, tenemos
buena o mala mano, alguien es un manotas o nuestra mano derecha.
Las
manos pueden ser suaves y flexibles o estar endurecidas y nudosas por
exceso de cavilaciones o retorcidas por la artritis y el espíritu
crítico. Las manos crispadas son las manos del miedo; miedo a perder, a
no tener nunca lo suficiente, a que lo que se tiene se vaya si no lo
sujetamos firmemente.
Aferrarse
demasiado a una relación no sirve más que para hacer que la otra
persona huya, desesperada. Las manos fuertemente crispadas no pueden
recibir nada nuevo. Sacudir las manos libremente, sueltas desde las
muñecas, da una sensación de aflojamiento y de apertura.
Lo que le pertenece no puede serle arrebatado, así que relájese.
Los dedos tienen cada uno su significado. Los problemas en los dedos nos dicen dónde hay necesidad de relajarse y desentenderse.


La
espalda representa nuestro sistema de apoyo. Tener problemas con ella
significa generalmente que no nos sentimos apoyados, ya que con
demasiada frecuencia creemos que sólo encontramos apoyo en nuestro
trabajo, en la familia o en nuestra pareja, cuando en realidad contamos
con el apoyo total del Universo, de la Vida misma.



Hay
tanta gente que siente que el dinero es lo más importante que hay en
la vida, y que no podríamos vivir sin él... Pero eso no es cierto. Hay
algo mucho más importante y más precioso para nosotros, sin lo cual no
podríamos vivir. ¿Qué es? Pues, el aire.
El
aire es la sustancia más preciosa para la vida, y sin embargo, cuando
lo exhalamos estarnos seguros de que habrá más aire para seguir
respirando. Si no lo hubiera, no duraríamos ni tres minutos. Pues
entonces, si el Poder que nos ha creado nos ha dado el aire y la
capacidad de respirar suficiente para todo el tiempo que hayamos de
vivir, ¿no podemos confiar en que también todas nuestras demás
necesidades están previstas?

Las
mujeres se han caracterizado tradicionalmente por su respiración
superficial, y con frecuencia se han considerado ciudadanas de segunda
clase, que no tenían derecho a su propio espacio, y en ocasiones, ni a
vivir siquiera. Hoy, todo eso está cambiando. Las mujeres están ocupando
su lugar como miembros de pleno derecho en la sociedad, y están
respirando plena y profundamente.
A
mí me agrada verlas practicar deportes. Las mujeres siempre han
trabajado en el campo, pero hasta donde yo sé, ésta es la primera vez en
la historia que se han incorporado al mundo del deporte. Y es un placer
ver cómo se forman esos cuerpos espléndidos.


Parte
del proceso que exige el rol de madre es permitir que los hijos
crezcan. Es necesario saber cuándo tenemos que cruzarnos de brazos,
entregarles las riendas y dejarlos en paz. La persona sobreprotectora no
prepara a los demás para enfrentar y manejar su propia experiencia. A
veces hay situaciones en que con nuestra actitud dominante cortamos las
agallas a nuestros hijos.
Si
el problema es el cáncer, lo que está en juego es, además, un profundo
resentimiento. Libérese del miedo, y sepa que en cada uno de nosotros
reside la Inteligencia del Universo.

Pero
el corazón no nos «ataca». Somos nosotros los que nos enredamos hasta
tal punto en los dramas que nos creamos que con frecuencia dejamos de
prestar atención a las pequeñas alegrías que nos rodean. Nos pasamos
años expulsando del corazón todo el júbilo, hasta que, literalmente, el
dolor lo destroza. La gente que sufre ataques cardíacos nunca es gente
alegre. Si no se toma el tiempo de apreciar los placeres de la vida, lo
que hace es prepararse un «ataque al corazón».
Corazón
de oro, corazón de piedra, corazón abierto, sin corazón, todo
corazón... ¿cuál de estas expresiones es la que cree que se ajusta más a
usted?

Cuando
hay problemas de estómago, eso significa generalmente que no sabemos
cómo asimilar las nuevas experiencias: tenemos miedo.
Muchos
recordamos aún la época en que empezaron a popularizarse los aviones
comerciales. Eso de meternos en un gran tubo metálico que debía
transportarnos sanos y salvos por el cielo era una idea nueva y difícil
de asimilar.

Ahora,
muchos años después, sigue habiendo bolsas en todos los asientos, pero
rara vez alguien las usa, porque ya hemos asimilado la idea de volar.

En
este punto, la respuesta es el amor. La gente que se aprueba y se ama a
sí misma jamás tiene úlceras. Sea dulce y bondadoso con el niño que
lleva dentro, y ofrézcale todo el apoyo y estímulo que usted necesitaba
cuando era pequeño.

Cuando
no nos sentimos cómodos con nuestra condición de hombres o mujeres,
cuando rechazamos nuestra sexualidad, cuando no aceptamos nuestro
cuerpo por sucio o pecaminoso, es frecuente que tengamos problemas con
la zona genital.
Rara
vez me sucede encontrarme con una persona que haya sido criada en una
casa en donde se llamara a los genitales y a sus funciones por su
verdadero nombre. Todos crecimos rodeados de eufemismos. ¿Recuerda los
que usaban en su casa? Pueden haber sido tan leves como «allí abajo»,
pero también pueden haber sido términos que le hacían sentir que sus
genitales eran sucios y repugnantes. Sí, todos hemos crecido creyendo
que entre las piernas teníamos algo que no estaba del todo bien.
En
este sentido, la revolución sexual que estalló hace unos años fue algo
positivo. Decidimos apartarnos de la hipocresía victoriana y, de
pronto, estaba bien tener vanas parejas, y tanto las mujeres como los
hombres podíamos tener aventuras de una sola noche. Los intercambios
conyugales se hicieron más abiertos, y muchos empezamos a disfrutar, de
una manera nueva y diferente, del placer y de la libertad del cuerpo.
Sin
embargo, pocos pensamos en encararnos con lo que Roza Lamont, fundadora
del instituto de Comunicación Consigo Mismo, llama el «Dios de mamá».
Sea lo que fuere lo que su madre le enseñó sobre Dios cuando usted tenía
tres años, eso sigue estando en usted en un nivel subconsciente, a
menos que conscientemente haya estado trabajando para liberarse de
ello. ¿Era un Dios colérico y vengador? ¿Qué opinión tenía sobre los
asuntos sexuales? Si todavía seguimos andando por el mundo con aquellos
primeros sentimientos de culpa por nuestra sexualidad y nuestro cuerpo,
seguramente iremos en busca de castigos.

Cada
uno de nuestros órganos es una magnífica expresión de la vida. Si no se
nos ocurre pensar que los ojos o el hígado sean sucios o pecaminosos,
¿por qué hemos de pensarlo de nuestros genitales?
El
ano es tan hermoso como el oído. Sin el no tendríamos manera de
deshacernos de lo que el cuerpo ya no necesita, y muy pronto nos
moriríamos. Cada parte y cada función de nuestro cuerpo es perfecta y
normal, natural y hermosa.
A
mis clientes con problemas sexuales les digo que empiecen a
relacionarse con órganos como el recto, el pene o la vagina con un
sentimiento de amor, apreciando sus funciones y su belleza. Y si usted
comienza a ponerse tenso o a encolerizarse al leer esto, pregúntese por
qué. ¿Quién le dijo que negase una parte cualquiera de su cuerpo? Dios
no, ciertamente. Nuestros órganos sexuales fueron creados no sólo para
reproducirnos, sino también para darnos placer.
Negar
esto es crear sufrimiento y castigo. La sexualidad no sólo está bien;
es algo glorioso, maravilloso. Es normal que usemos nuestros órganos
sexuales, como lo es que respiremos o que comamos.

En
una parte de las galaxias más pequeñas, en un rincón apartado, hay un
sol muy de segundo orden, alrededor del cual giran unos cuantos granos
de arena. Uno de ellos es el planeta Tierra.
A
mí se me hace difícil creer que la vasta, increíble Inteligencia que
creó la totalidad de este Universo no sea más que un anciano sentado
sobre una nube, por encima de la Tierra, y que esté... ¡vigilando mis
órganos sexuales!
Y, sin embargo, cuando éramos niños, a muchos nos enseñaron este concepto.
Es
vital que nos liberemos de esas ideas tontas y pasadas de moda, que no
nos sirven de apoyo ni nos alimentan. Yo siento con todas mis fuerzas la
necesidad de creer que Dios está con nosotros, y no contra nosotros.
Son tantas las religiones que hay para elegir, que si usted ahora tiene
una que le dice que es un pecador y un gusano abominable, puede
buscarse otra.
No
estoy exhortando a la gente a que ande por ahí a todas horas buscando
contactos sexuales sin freno alguno. Lo que digo es que algunas de
nuestras normas no tienen sentido, y por eso tanta gente las viola y
vive según sus propias normas.
Cuando
liberamos a alguien de la culpa sexual y le enseñamos a que se ame y
se respete, automáticamente tenderá a tratarse -y a tratar a los demás—
de la manera que le resulta más gratificante y que más gozo le
proporcione. La razón de que muchas personas tengan tantos problemas con
su sexualidad es que sienten rechazo y repugnancia hacia ellas mismas, y
por eso se tratan mal... y tratan mal a los demás.

Considero
que la mayoría de los problemas de vejiga provienen de que uno se
siente irritado, generalmente, por su pareja. Estamos enfadados por algo
que tiene que ver con nuestra condición de mujeres o de hombres. Las
mujeres tienen más problemas de vejiga que los hombres porque son más
propensas a ocultar sus agravios. También la vaginitis significa
generalmente que una mujer ha sido afectivamente herida por su pareja.
En
los hombres, los problemas de próstata tienen mucho que ver con la
autovaloración y con la convicción de que, a medida que envejecen, van
siendo menos hombres. La impotencia añade un elemento de miedo, y a
veces se relaciona incluso con el despecho hacia una pareja pasada. La
frigidez se origina en el miedo o la convicción de que está mal
disfrutar del cuerpo. Puede venir también del autorrechazo e
intensificarse en el contacto con un compañero poco sensible.


Los
procesos femeninos -todos, incluso la menstruación y la menopausia- son
normales y naturales, y como tales debemos aceptarlos. Nuestro cuerpo
es bello, magnífico y maravilloso.
Estoy
convencida de que las enfermedades venéreas expresan casi siempre
culpa sexual. Provienen de un sentimiento, a menudo subconsciente, de
que no está bien que nos expresemos sexualmente. El portador de una
enfermedad venérea puede tener contactos sexuales con muchas personas,
pero sólo aquellas cuyo sistema inmunitario mental y físico sea débil
serán susceptibles de contagio. Además de las afecciones clásicas, en
los últimos años se ha dado, entre la población heterosexual, un
incremento del herpes, una enfermedad que hace continuas recidivas para
«castigarnos» por nuestra convicción de que «somos malos». El herpes
tiene tendencia a reaparecer cuando estamos emocionalmente perturbados, y
eso ya es muy significativo.


No
sucede lo mismo con los homosexuales, que se han creado una cultura que
pone un énfasis tremendo en la juventud y la belleza. Es cierto que
todos empezamos por ser jóvenes, pero sólo unos pocos satisfacen las
normas de la belleza. Se ha dado tanta importancia a la apariencia
física del cuerpo que se pasan totalmente por alto los sentimientos. Si
uno no es joven y hermoso, es casi como si no contara. Lo que cuenta
no es la persona entera, sino solamente el cuerpo.
Esta manera de pensar es una vergüenza, porque es otra forma de desvalorización.
Debido
al modo en que suelen tratarse entre sí los varones homosexuales, la
vivencia de envejecer es algo que horroriza a muchos de ellos. Es casi
mejor morirse que envejecer. Y el SIDA es una enfermedad que con
frecuencia mata.
Muchos
hombres homosexuales, cuando se hacen mayores, se sienten inútiles y
no queridos. Casi es mejor destruirse antes de llegar a eso, y muchos
se han creado un estilo de vida destructivo. Algunos de los conceptos y
las actitudes que forman parte del estilo de vida gay -el
exhibicionismo, las críticas constantes y despiadadas, la negativa a una
intimidad real- son monstruosos. Y el SIDA es una enfermedad
monstruosa.
Ese
tipo de actitudes y de pautas de comportamiento no pueden menos que
provocar culpa en algún nivel muy profundo, por mucho que podamos
parodiarlas en forma afectada. Esa afectación, que puede ser tan
divertida, puede ser también sumamente destructiva, tanto para quien la
practica corno para quien la padece. Es otra manera de evitar la
intimidad y el acercamiento.
De
ninguna manera es mi intención crear culpas a nadie. Sin embargo, es
menester que miremos las cosas que necesitamos cambiar para que
nuestras vidas funcionen con amor, júbilo y respeto. Hace cincuenta
años, casi todos los hombres homosexuales se mantenían en la sombra,
pero en la actualidad disponen de núcleos sociales donde pueden
manifestarse, al menos relativamente. Yo creo que es lamentable que
gran parte de lo que han creado sea causa de tanto dolor para sus
propios hermanos homosexuales. Aunque con frecuencia es deplorable la
forma en que los hombres «normales» tratan a los gays, la forma en que
muchos gays tratan a los de su misma condición es trágica.
Tradicionalmente,
los hombres han tenido siempre más parejas sexuales que las mujeres, y
naturalmente, entre hombres habrá muchos más contactos sexuales. No
creo que haya nada de malo en eso. Hay sitios previstos para satisfacer
esta necesidad y me parece bien, a menos que estemos dando a nuestra
sexualidad un uso equivocado. A algunos hombres les gusta tener muchas
parejas para satisfacer su profunda necesidad de autoestima, más bien
que por el placer que deriva de ello. No creo que haya nada de malo en
tener varias parejas, y tampoco censuro el uso «ocasional» del alcohol.
Sin embargo, si todas las noches terminamos sin sentido y si
«necesitamos» varias parejas por día nada más que para estar seguros de
nuestro valor, entonces hay algo en nosotros que no ancla bien, y es
preciso que hagamos algunos cambios mentales.
Ha
llegado el momento de la búsqueda del ser en su totalidad, el momento
de la sanación y no de la condenación. Debemos superar las limitaciones
del pasado. Todos somos parte de la divinidad, todos somos magníficas
expresiones de la vida. ¡Exijamos esto ahora!

Aunque
las personas estreñidas no sean realmente mezquinas, generalmente no
confían en que siempre vaya a haber lo suficiente. Se aferran a
relaciones antiguas que las hacen sufrir, no animan a deshacerse de
prendas que guardan desde hace años en el armario por temor a
necesitarlas algún día, permanecen en un trabajo que las limita o no se
permiten jamás ningún placer porque tienen que ahorrar para cuando
vengan días malos. ¿Acaso revolvemos la basura de anoche para encontrar
la comida de hoy? Aprendamos a confiar en que el proceso de la vida nos
traerá siempre lo que necesitemos.




Las rodillas tardan porque en ellas están en juego nuestro orgullo y nuestra autojustificación.
La
próxima vez que tenga algún problema con las rodillas, pregúntese de
qué está justificándose, ante qué está negándose a inclinarse. Renuncie
a su obstinación y aflójese. La vida es fluencia y movimiento, y para
estar cómodos debemos ser flexibles y fluir con ella. Un sauce se dobla y
se mece y ondula con el viento, y está siempre lleno de gracia y en
armonía con la vida.

A
muchos ancianos les cuesta caminar. Su entendimiento se ha vuelto
parcial y retorcido, y con frecuencia sienten que no tienen adonde ir.
Los niños pequeños se mueven con pies alegres, danzarines. Los ancianos
suelen arrastrarlos como si se negaran a moverse.

Una
de las maneras más rápidas de curar los problemas de piel es nutrirse
uno a sí mismo repitiendo mentalmente, vanos centenares de veces por
día: «Me apruebo...». Así recuperamos nuestro propio poder.

Los
accidentes son expresiones de cólera, que indican una acumulación de
frustraciones en alguien que no se siente libre para expresarse o para
hacerse valer. Indican también rebelión contra la autoridad. Nos
enfurecemos tanto que queremos golpear a alguien y, en cambio, los
golpeados somos nosotros.
Cuando
nos enojamos con nosotros mismos, cuando nos sentimos culpables, cuando
tenemos la necesidad de castigarnos, un accidente es una forma
estupenda de conseguirlo.
Puede
que nos resulte difícil creerlo, pero los accidentes los provocamos
nosotros; no somos víctimas desvalidas de un capricho del destino. Un
accidente nos permite recurrir a otros para que se compadezcan y nos
ayuden al mismo tiempo que curan y atienden nuestras heridas. Con
frecuencia también tenemos que hacer reposo en cama, a veces durante
largo tiempo, y soportar el dolor.
El sufrimiento físico nos da una pista sobre cuál es el dominio de la vida en que nos sentimos culpables. El
grado de daño físico nos permite saber hasta qué punto era severo el
castigo que necesitábamos, y a cuánto tiempo debíamos estar
sentenciados.

La
comida es alimento en el nivel más básico. ¿Por qué habría usted de
negarse el alimento? ¿Por qué quiere morir? ¿Qué pasa en su vida, que
sea tan terrible como para que quiera abandonarla?
Cuando se odia a sí mismo, en realidad odia una idea que tiene de sí mismo. Y las ideas se pueden cambiar.
¿Qué
hay en usted que sea tan terrible? ¿Se crió en una familia que
criticaba continuamente su comportamiento? ¿O eran sus maestros quienes
lo criticaban? En sus primeros contactos con la religión, ¿le dijeron
que así, tal como usted era, «no servía»? Con demasiada frecuencia
procuramos hallar razones «comprensibles» que nos digan por qué no nos
quieren ni nos aceptan tal como somos.
«Gracias»
a la obsesión de la industria de la moda con la esbeltez, muchas
mujeres que se repiten continuamente a sí mismas: «¿Qué sentido tiene,
si con este cuerpo no sirvo para...?». ¡Concentran el odio en su propio
cuerpo. En un nivel están diciendo que si fueran más delgadas, entonces
las amarían, pero eso no funciona.
Nada funciona desde afuera. La clave es la aprobación y la aceptación de uno mismo.

¿Conoce
usted a alguien en este planeta que sea «perfecto»? Yo no. ¿Por qué
nos imponemos normas que nos exigen que seamos «superpersonas» para
sentirnos apenas aceptables? Ésta es una expresión muy fuerte del «no
sirvo», y es una carga pesadísima de llevar.

A veces, el cambio de clima cura a los asmáticos, especialmente si no los acompaña la familia.
En
general, al crecer, los niños asmáticos «dejan atrás» su enfermedad, lo
que en realidad significa que se van a estudiar a otra ciudad o a otro
país, se casan o por algún otro motivo se van de casa, y la enfermedad
se disuelve. Con frecuencia, más adelante pasan por alguna experiencia
que vuelve a accionar aquel antiguo interruptor que llevan dentro, y
entonces tienen otro ataque. Cuando eso sucede, en realidad no es una
respuesta a las circunstancias del momento, sino más bien a lo que
solía sucederles en su infancia.

Es
frecuente que las personas con tendencias espirituales crean que «no
deberían» enojarse. Ciertamente todos nos esforzamos por llegar al
momento en que ya no culpemos a nadie por nuestros sentimientos; pero
mientras no hayamos llegado a ese punto, es más saludable que
reconozcamos qué es lo que sentimos en un momento dado.


Yo
tengo tendencia a ser gorda, y, sin embargo, con los años me he dado
cuenta de que cuando me siento insegura e incómoda suelo aumentar uno o
dos kilos. Cuando la amenaza desaparece, el exceso de peso se va
también, sin que yo haya hecho nada por eliminarlo.
Luchar
contra la obesidad es perder tiempo y energía. Las dietas no funcionan,
porque tan pronto como se las interrumpe, el peso vuelve a aumentar.
Amarse y aprobarse, confiar en el proceso de la vida y depositar su
segundad interna en el conocimiento del poder de su propia mente son
los elementos básicos de la mejor dieta que conozco. Póngase a dieta de
pensamientos negativos, y el problema del peso se resolverá solo.
Demasiados
padres y madres piensan que cualquier problema que tengan sus hijos se
soluciona atiborrándolos de comida. Estos niños, cuando crecen, cada
vez que tienen un problema se quedan hipnotizados ante el frigorífico
abierto, diciéndose: «No sé bien qué es lo que quiero».

El
sentimiento de culpa es una emoción totalmente inútil, que jamás hace
que nadie se sienta mejor ni modifica para nada una situación.
Su «sentencia» ya se ha cumplido, de manera que déjese salir de prisión. Perdonar no es más que soltar, dejar partir...

El
cerebro es el ordenador del cuerpo. La sangre es júbilo. Las venas y
las arterias son canales por donde circula esa alegría. Todo funciona
bajo la ley y la acción del amor. Hay amor en cada chispa de
inteligencia que brilla en el Universo. Es imposible trabajar y
funcionar bien sin sentir amor y júbilo.
El
pensamiento negativo produce atascos en el cerebro, y así no queda
margen para que el amor y el júbilo fluyan libre y abiertamente.
La
risa sólo puede fluir de un modo natural, y lo mismo pasa con el amor y
el júbilo. La vida no es hosca y ceñuda, a menos que nosotros la
hagamos así, a menos que decidamos verla así. Podemos encontrar un
desastre total en una mínima molestia, y un pequeño motivo de júbilo en
la mayor de las tragedias. De nosotros depende.
A
veces intentamos obligar a la vida a que vaya en cierta dirección que
no es la adecuada para nosotros. A veces nos creamos «ataques» para
obligarnos a tomar una dirección totalmente diferente, a reevaluar
nuestro estilo de vida.
La
rigidez en el cuerpo representa rigidez en la mente. El miedo nos
empuja a aferramos a viejas modalidades, y se nos hace difícil ser
flexibles. Si creemos que no hay más que una manera de hacer algo, no
será raro que nos volvamos rígidos. Siempre se puede encontrar otra
manera de hacer las cosas. Recuerden que hubo alguien que enumeró unas
250 maneras distintas de fregar los platos.
Fíjese
en qué lugar del cuerpo se produce la rigidez, búsquelo en la lista de
patrones mentales y allí verá en qué «lugar mental» se está volviendo
inflexible y rígido.

Abundan
cada día más los profesionales médicos que están verdaderamente
consagrados a ayudar a la humanidad. Cada vez más médicos se vuelven
hacia las orientaciones holísticas, que buscan curar a la persona como
totalidad. Y sin embargo, la mayoría de ellos no trabajan con la causa
de ninguna enfermedad; se limitan a tratar los síntomas, los efectos.
Y
esto lo hacen de dos maneras: envenenando o mutilando. Si acude usted a
un cirujano, generalmente le recomendará que se opere. Sin embargo, si
la decisión quirúrgica ya está tomada, prepárese para la experiencia de
tal manera que transcurra con las menores complicaciones posibles, y
que usted se cure tan rápidamente como sea posible.

Se
de una mujer, miembro del movimiento de la Nueva Era, que necesitó una
operación de emergencia y antes de someterse a ella habló con el
cirujano y el anestesista para pedirles que por favor pusieran música
suave durante la operación y que continuamente le hablaran y se
expresaran entre ellos con afirmaciones positivas. Lo mismo le pidió a
la enfermera en la sala de recuperación. La operación transcurrió sin
dificultades, y la recuperación fue rápida y agradable.
A
mis clientes siempre les sugiero que se formulen afirmaciones como:
«Cada mano que me toca en el hospital es una mano dotada del poder de
curar y que no expresa otra cosa que amor» y «La operación se realiza
fácil y rápidamente, con un resultado perfecto». También se puede
decir: «Me siento perfectamente cómodo durante todo el tiempo».
Después
de la operación, procure escuchar a menudo música suave y agradable, y
dígase para sí: «Estoy curándome rápida, fácil y perfectamente, y cada
día me siento mejor».
Si
puede, grábese un cassette con una serie de afirmaciones positivas,
llévese un grabador o un walkman al hospital y escuche una y otra vez la
grabación mientras descansa y se recupera. Atienda a las sensaciones,
no al dolor. Imagínese que el amor fluye de su corazón, desciende por
los brazos y llega a las manos. Póngase las manos en la parte que está
curándose, y dígale que la ama y que está ayudándole a que se ponga
bien.

Renuncie
al pasado; déjelo que se vaya y recupere su propio poder. Deje de
estar pendiente de lo que quiere, y use su mente para crear lo que «sí
quiere». Déjese llevar por la marea de la vida.

Si nos encarnizamos con una vieja herida, la cultivamos y no la dejamos cicatrizar, con el tiempo se convertirá en un tumor.
Es
como pasar una vieja película. Y creo que la razón de que las mujeres
tengan tantos tumores en el útero es que se centran en un golpe
emocional que ha afectado a su feminidad y lo cultivan. Es lo que yo
llamo el síndrome de «Él me ha dañado.»

Lo
que importa no es lo que sucede, sino cómo reaccionamos ante ello.
Cada uno es responsable en un ciento por ciento de sus experiencias.
¿Qué creencias sobre usted mismo necesita cambiar para atraer a su
ámbito vital formas de comportamiento que expresen más amor?
por Louise L Hay.
tomado del capitulo 14, del Libro Usted puede Sanar su Vida.
** Con amor escucho los mensajes de mi cuerpo **
BENDICIONES DE AMORLUZ PARA TODOS !!!